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Graduadas y graduados de la Misericordia #Encarnan la misericordia a pesar de que se acortó su año escolar – Parte 2

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Al igual que todo el mundo, en marzo, estudiantes de secundaria de la Misericordia vieron sus vidas interrumpidas cuando la pandemia de Coronavirus obligó a las escuelas, comunidades y países a cerrar y entrar en cuarentena. Las/os estudiantes de la Misericordia siguieron virtualmente su educación y también encontraron formas de apoyar a sus comunidades espiritual y materialmente. MESA (Sistema de Educación de la Misericordia de las Américas) preguntó a un grupo de graduadas y graduados de este año cómo siguen «encarnando la misericordia» durante la pandemia, y cómo seguirán, después de la secundaria, en este tiempo tan extraño. Ya sea en Jamaica, el Bronx u Omaha, sus respuestas transmitieron duelo por lo perdido y esperanzas para el futuro. He aquí están sus historias. [Parte 1]


Mi falda de la Misericordia

Por Caitlyn Thomas, Promoción 2020 en Mercy High School en Omaha, Nebraska

Lo que llevaré a la orientación de primer año de la universidad como parte de «muéstrame y cuenta», será mi falda de la escuela secundaria. Voy a una escuela católica para mujeres y he amado cada momento de mi aventura. Esta falda ha representado todos mis fracasos y logros, todas las lágrimas de tristeza y todas las risas y risitas de éxito. Lo más importante es que ha representado quién soy como persona. Soy una mujer decidida a cambiar el mundo sin tener miedo de decir lo que pienso. En los últimos tres años, esa falda ha caminado conmigo por los pasillos. Es un recordatorio constante de que el trabajo arduo te puede llevar a cualquier parte. Me ha mostrado lo que significa ser mujer, especialmente una mujer de Dios.

Mi falda ha tenido dobladillo hacia arriba, hacia abajo, adentro y afuera, y creo que eso también refleja cómo me he desarrollado como persona. He ido «hacia arriba» con mi amor a Dios. Aprendí a pensar en las cosas positivas de la vida y dejar que las negativas vayan «hacia abajo». He crecido mucho «por dentro» al aprender que no todo va a salir según lo planeado, y soy capaz de adaptarme y crecer como persona a través de eso.

Leer la reflexión completa.


COVID-19 no me detendrá

Por Emra Redzematovic, Promoción 2020 de St. Catharine Academy en el Bronx, Nueva York

Desde el primer año, soñé con el baile de graduación, la noche de premiación de último año, el desayuno y graduación. Soñé sobre los sentimientos de orgullo, felicidad y emoción que me superarían en mis últimos meses de secundaria. Aunque no pude tener el último año perfecto que soñé, estoy feliz de que mi familia y mis compañeros están sanos en este tiempo ajetreado. Cuando se trata de lo que es más importante, elegiré la salud y la seguridad de los demás por encima del último año que quise tener.

Aunque deseamos poder controlarlo todo, este virus es algo que está fuera de nuestras manos. Muchos estadounidenses, en general, nos sentimos demasiado cómodos para obtener lo que queremos. Pueden llamarnos mimados. Queremos que las cosas salgan según lo planeado y cuando queremos que pasen, sin importar las circunstancias. Desafortunadamente, tenemos que dejar de lado estos deseos cuando nuestra salud está en riesgo. Tenemos que renunciar a algunas cosas que inicialmente planeamos o que realmente queríamos para poder mantener bajas las tasas de mortalidad y contener el virus. Si bien tener un excelente último año es de gran importancia para muchas/os estudiantes, el riesgo de que otras personas contraigan el virus es una preocupación mayor.

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