Dios santísimo, en tu misericordia bendijiste a la Iglesia
con tu siervo Francisco.
Él entregó su vida al estilo de Jesús
y vivió la alegría del Evangelio.
Su cuidado por los pequeños, su pasión por la creación,
su labor por la paz,
su compromiso humilde de estar cerca de tu pueblo
han impactado profundamente a nuestra Iglesia y a nuestro mundo.
Anhelamos ahora un pastor
cuya vida y mensaje nos impulsen
a abrazar el don de la diversidad humana,
nos llamen a la compasión por los más pequeños
y nos hagan volvernos de la violencia
hacia la reconciliación y la paz.
Derrama el poder de tu Espíritu
sobre el Colegio de Cardenales
mientras asumen esta importantísima tarea.
Haz que estén atentos a las necesidades de nuestro mundo.
Concédeles corazones abiertos y discernientes,
capaces de escucharse y aprender unos de otros.
Inspíralos a elegir un apóstol de la esperanza
que pueda guiar a la Iglesia
a caminar fielmente tras las huellas de Jesús
y a anunciar con valentía y gracia tu reino-familia.
Te lo pedimos en nombre de Jesús.
Amén.