Por Silvana Arevalo
Durante el primer fin de semana de abril, nuevas miembros, personas de apoyo y el Equipo para Nueva Pertenencia se congregaron en los floridos jardines del Centro de la Misericordia en Burlingame, California, para nuestra Reunión de Nueva Pertenencia. La Dra. Roxy Manning, autora de Cómo tener conversaciones antirracistas: Abrazar nuestra humanidad plena para desafiar la supremacía blanca y El corazón antirracista: Un manual de autocompasión y activismo, dirigió y facilitó un taller sobre «Apoyar la transformación individual y social hacia una comunidad amada». Para mí, el taller fue la continuación de nuestro Encuentro de Vida de la Misericordia virtual, centrado en pasar del egocentrismo y las divisiones jerárquicas al ecocentrismo, el valor universal, el cuidado y la interdependencia. El taller de la Dra. Manning fue providencial, ya que desarrolló aún más la invitación a crecer hacia la Comunidad Amada: reconociendo nuestra interdependencia, fomentando relaciones auténticas y persiguiendo la justicia social.
Con ternura, autenticidad y sabiduría, la Dra. Manning compartió enfoques de comunicación no violenta para desmantelar la opresión y construir un mundo de reconciliación, redención y amor transformador. Como señala la Dra. Manning en su libro, podemos anhelar crear un mundo así, pero a menudo carecemos de las habilidades comunicativas y relacionales para hacerlo. Ella compartió caminos a fin de abordar los diálogos necesarios para la reconciliación y la transformación, comenzando por nuestro propio trabajo interior.
Hubo mucho en qué reflexionar, incluyendo nuestra ideología internalizada de supremacía blanca y nuestros bloqueos internos para el diálogo y la conexión auténticos, como el pensamiento dualista y la categorización simplista de las personas (es decir, «esa persona/grupo es bueno/malo», «nosotras/os» contra «ellas/os»). Una creencia fundamental de la comunicación no violenta es que el comportamiento humano está motivado por las mismas necesidades universales y esenciales.
A través de diferentes ejercicios durante el taller, la Dra. Manning nos invitó a conectar con nuestras necesidades físicas, emocionales, psicológicas, sociales y espirituales (como nuestra necesidad de conexión, pertenencia, cuidado, comprensión, justicia, transformación colectiva y más) y a tomar conciencia de nuestras emociones cuando estas necesidades se satisfacen y cuando no se satisfacen. A partir de esta conciencia propia, cuando nuestras necesidades y/o las de otras personas no se satisfacen, podemos entablar un diálogo con autocompasión y empatía, promoviendo la conexión y el entendimiento mutuo a través de una curiosidad y un cuidado cálidos y genuinos, en lugar de juzgar y culpar. Podemos trabajar en conjunto para encontrar soluciones creativas que satisfagan las necesidades de todas las personas.
Nuestros ejercicios finales se trasladaron al cambio social, al dividirnos en diferentes grupos según nuestros Asuntos Críticos de la Misericordia. Consideramos a las personas más afectadas, los desafíos y daños que están experimentando, y lo que ellos identificarían como sus necesidades más importantes. Nos conectamos con nuestro propio dolor por sus necesidades insatisfechas. Consideramos estrategias para responder al daño involuntario, incluso con ejemplos específicos y formas en las que podemos llamar la atención y sensibilizar, identificando a quienes tienen el poder en relación con el daño, y algunas estrategias que podrían llevarlos al diálogo. Terminamos reflexionando sobre nuestra fe personal y nuestro compromiso con la no violencia y nuestra voluntad de soportar el costo.