Las Hermanas de la Misericordia de las Américas hacen un llamado al fin del bloqueo de Gaza para permitir que se entreguen alimentos y ayuda humanitaria a las personas que sufren. La escala de miseria en Gaza es catastrófica; el territorio y su gente están siendo destruidos en el conflicto, ahora en su decimonoveno mes.
Hacemos eco al fuerte clamor del Papa León XIV de «¡alto al fuego ahora!» y a «respetar completamente el derecho humanitario».
«Desde la Franja de Gaza», dijo el Papa, escuchamos «elevarse cada vez más insistentemente hacia el cielo, los gritos de las madres y de los padres que se aferran a los cuerpos sin vida de sus hijos e hijas, y que se ven continuamente obligados a trasladarse en busca de un poco de comida y agua y un refugio más seguro de los bombardeos».
Los ataques militares masivos e indiscriminados de Israel han acabado con la vida de más de 50.000 personas, y un número incalculable ha muerto de enfermedad o hambre. Alrededor del 80% de la infraestructura ha sido destruida, lo que hace que la franja de 363 kilómetros cuadrados no sea apta para que vivan en ella los humanos. Además de la crueldad, también está impidiendo que los alimentos, los suministros médicos y el combustible entren en la zona.
Miles de camiones con ayuda siguen esperando para entrar en Gaza, y el alto funcionario humanitario de la ONU dijo el 20 de mayo que 14.000 bebés podrían morir en los próximos días si los suministros no les llegan.
Estados Unidos está desempeñando un papel importante en perpetuar este conflicto, proporcionando cantidades masivas de ayuda militar, a pesar de las violaciones constantes de las leyes estadounidenses e internacionales, y Estados Unidos tiene la obligación moral de tratar de ponerle fin.
El tiempo se acaba. Escuchen los gritos de los niños en Gaza. No más sangre. Abran las puertas a la paz y a la ayuda.