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Por Sue Carroll

Cuatro codornices tranquilas. Tres pollos ruidosos. Una cruza de perro Yorkie-Shitzu con nombre: Herby. Y la Hermana Michelle Salois.

Esperarías encontrar esta combinación entre pastos y un granero con una veleta. Pero este grupo vive feliz en una tranquila calle del urbano St Louis.

Michelle vive en una pequeña casa situada justo al final de la calle de un peculiar restaurante local. No es raro que encuentre comensales al frente de su casa examinando las codornices. Cuando oye a alguien platicando afuera de su casa, Michelle aprovecha la ocasión para saludarlos y compartir con ellos lo que sabe sobre la crianza de aves. Las codornices son solo una parte de sus esfuerzos por llevar una vida basada en la permacultura, un sistema de diseño de hogares y de terrenos para satisfacer las necesidades de la gente de una manera autosustentable. Otras estrategias de permacultura sustentable incluyen: recoger agua, paisajismo con plantas nativas y comestibles, y la restauración del suelo y de la tierra. Desde el 2015, Michelle ha estado aprendiendo y viviendo la permacultura.

«Siempre reciclo lo que puedo», explica. «Pero no es suficiente nada más con perjudicar menos».

Hoy, el porche y el patio de Michelle sirven como un laboratorio de pruebas para su práctica de permacultura urbana. «Hago pruebas en casa antes de recomendarlas a los demás», dice.

Tiene tres pollos en el patio que ponen huevos todos los días en la seguridad de un gallinero que ella misma construyó. El porche al frente alberga cuatro codornices —un macho y tres hembras— que descansan a la sombra protegidas de depredadores. Ella señala que las codornices son más tranquilas que los pollos, lo que las hace mejores vecinas en la ciudad. Las codornices y los pollos ponen huevos, y los pollos también son buenos jardineros cuando se les deja andar por el patio; cuando escarban y picotean ayudan a fertilizar, aran la tierra y eliminan semillas. En los últimos años, la han ayudado a mantener un jardín que incluye tomates, brócoli, lechuga y, en un momento dado, un pedazo de jardín con fresas, frambuesas, cerezas, etc.

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Con una vida así, podrías esperar que Michelle se levante todos los días con sus pollos. Pero ella dice que el mantenimiento de su mini granja le lleva solo cinco minutos diarios, para darles de comer y beber, además de algunos pocos días en primavera y verano para limpiar el jardín y plantar.

«Una familia viviendo en un terreno de un cuarto de acre puede producir su propia comida y tener de sobra para vender, con tan solo cuatro horas de trabajo semanal», comenta.

Para Michelle, el trabajo también tiene un efecto terapéutico. «Me ayuda a estar con los pies en la tierra», dice la terapeuta y consejera que trabaja con clientes que padecen problemas ocasionados por traumas y abuso.

«La cantidad de sufrimiento en el mundo me puede deprimir, pero ésta es una solución en la que puedo trabajar», dice. «No tengo que esperar a que el gobierno haga algo, yo nada más tengo que empezar».

Actualmente, tiene certificación en diseño de permacultura y ofrece sus servicios a cualquier persona que quiera invertir en un hogar autosustentable. Está emocionada por empezar a trabajar con una familia que le ha pedido diseñar un invernadero adjunto que les ayude a calentar la casa y les permita cultivar verduras de invierno. «Va a ser algo nuevo para mí», dice. «Pero vas aprendiendo en el camino».

Michelle se anima con todo lo que la ayude a implementar formas de vida más sustentable. «Me gustaría que trabajáramos plantando árboles frutales y de nueces en más de nuestras propiedades, eliminando la siega y modificando nuestros terrenos con plantas que tomen el carbono del suelo y curen la tierra», dice.

«Dios no tiene otras manos aquí en la Tierra que las nuestras. Hemos sido creados para cuidar la tierra en paz y con amor. Aprendí de la oración una imagen mía como simple lanzadora que Dios llena (a través del conocimiento o la experiencia o la enseñanza) para que yo pueda aplicar ese conocimiento en otros espacios», dice Michelle. «Cuando siento un apasionado deseo de aprender algo, suele ser para que lo pueda compartir con los demás».


¿Te gustaría crear un jardín urbano y un hogar basado en el diseño de permacultura? ¡Contacta a Michelle a su correo electrónico michelsal@mercyprofessional.org si quieres platicarlo!