Por la Hermana Ana María Siufi y la Hermana Janet Korn
Cuando el Equipo Ampliado de Justicia se reunió en marzo, tuvimos la oportunidad de reflexionar en eventos de actualidad, específicamente en Latinoamérica. Estas conversaciones son el microcosmos de la internacionalidad de las Hermanas de la Misericordia de las Américas, así como nuestro compromiso en profundizar las causas fundamentales de las injusticias que vemos a través de nuestras noticias y redes sociales. Siempre hay algo más debajo de la superficie, y la experiencia directa de las hermanas y asociadas/os nos obliga a hacernos preguntas importantes.
Venezuela, un estudio de caso
Hermana Ana María Siufi, en Argentina, utilizó Venezuela como su ejemplo más reciente mostrando la mano dura que ha tenido el gobierno de los Estados Unidos para influir en gobiernos de América Latina y asegurar condiciones favorables para sus propias necesidades económicas:
Cuando Hugo Chavez asumió la presidencia de Venezuela implementó en su país una política de libertad, independencia y desarrollo contraria a los intereses geopolíticos y económicos de los Estados Unidos. Los medios de comunicación internacionales lanzaron una campaña difamatoria basada en mentiras y en la descalificación permanente hacia Hugo Chávez y sus políticas nacionalistas y latinoamericanistas. Sin embargo, el pueblo de Venezuela, compuesto de una mayoría empobrecida y una minoría rica privilegiada, avanzó en la distribución de sus derechos y riquezas.
El Presidente Maduro, quien ganó legítimamente las elecciones, verificadas por organizaciones internacionales, heredó esta situación de pugna por la autonomía y también una sociedad venezolana dividida por una mayoría que lo apoya y un sector opositor alentado por los medios de comunicación y la CIA.
La estrategia de los Estados Unidos es: boicot económico total, aislamiento internacional, una campaña mediática de mentiras y acusaciones, promoción de golpes de estado, y la amenaza de una intervención militar que recupere el control de las grandes reservas del petróleo, gas, oro y coltán que posee Venezuela. Hoy, un ataque militar de los Estados Unidos —como lo es contra casi todos los países de Centroamérica, Irak, Afganistán, Libia y Siria para imponer gobiernos que sean obedientes a su control— es posible.
Países en el continente americano, además Rusia, China, el Papa y las Naciones Unidas, los medios de comunicación independientes, intelectuales y artistas de todo el mundo denuncian y tratan de detener esta espiral de violencia peligrosa y destructora, demandando terminar la intervención imperialista para que la justicia social y la paz se puedan lograr y se pueda reestablecer el derecho del pueblo venezolano a su autodeterminación._x0001_
Ecos de Chile
Hermana Janet Korn identificó inmediatamente semejanzas en la Venezuela de hoy con su experiencia vivida en Chile a inicios de 1970:
Si bien no hay dos naciones idénticas, hay semejanzas entre la situación actual de Venezuela y el derrocamiento de Salvador Allende en Chile, en 1973. A continuación se anotan situaciones y circunstancias evidentes en Chile de aquel tiempo que pueden estar ocurriendo hoy en Venezuela:
- Ambos países poseen una riqueza de recursos naturales que son deseadas internacionalmente: cobre en Chile y petróleo en Venezuela.
- Ambos países eligieron presidentes que muchos señalan de «izquierda».
- Muchas de las tierras, así como otros recursos en Chile, fueron propiedad de compañías poderosas, y los salarios de los empleados fueron muy bajos.
- La CIA estaba presente pero encubiertamente. Se infiltraron en varias facetas de la vida chilena, incluso las universidades y los negocios.
- Se incrementaron los movimientos populares de los trabajadores.
- Más miembros de la Marina de los Estados Unidos pidieron visas chilenas.
- El secretario de estado, Henry Kissinger, temió que Sudamérica eligiera un liderazgo comunista y utilizó todo su poder para evitarlo.
- En 1972, la CIA y la derecha chilena crearon una situación caótica que elevó la inflación.
- Los camioneros en Chile se fueron a huelga pero les pagaron en dólares, con la ayuda de los Estados Unidos. Hubo escasez de alimentos y de muchos otros artículos y esto solo fue empeorando a medida que pasaron los días.
Se necesita un análisis que desafíe los mensajes de los medios de comunicación y desafíe también la perspectiva que empuja los grandes poderes económicos.
Como Hermanas de la Misericordia estamos preparadas y llamadas a escuchar las historias de la gente que sufre y desafiar los sistemas que están construyendo sus imperios sobre las espaldas de nuestros hermanos y hermanas. Mantengamos nuestros oídos y nuestros ojos bien abiertos, y nuestras bocas listas para hacer las preguntas que llegan a los problemas y a las respuestas reales. Actuemos, entonces, juntas por el cambio.