Por la Hermana Miriam Therese Callnan
Espíritu Creativo, ven y desciende,
Visita estas almas tuyas,
Guía e inspira, apoya, enmienda
Con influencia benigna.
Aunque ahora rara vez pienso y rezo en un lenguaje tan estilizado, tengo esta profunda conexión con los fuertes verbos de este cántico-oración y vuelvo a ellos con frecuencia.
¿Cuántas veces recurro al Espíritu Creador de Dios en los numerosos dilemas de la vida; en una confusión imprevista; en esos momentos incómodos que todos vivimos o nos hemos creado; en debates políticos o culturales partidistas?
Guíame en esta conversación. Inspírame para escuchar con atención; para distinguir entre las palabras y acciones superficiales y el mensaje más profundo que probablemente me pierda por mi cuenta. Inspírame para ver cómo promover la paz y la dulzura en un intercambio conflictivo. Apoya mis débiles esfuerzos de discernimiento. Enmienda mi habitual juicio apresurado.
Enciende en nuestro interior, este fuego sagrado,
Reanima nuestros corazones.
Atesora, apoya, dirige, inspira,
Y todo Tu ser imparte.
Para mí, el Paráclito es Fuego y Luz que nos rodea y calienta. En el frío y la oscuridad estoy embotada, acalambrada, rígida, sin visión, entumecida. Llamo a nuestro Espíritu Creativo para que venga, descienda; visítame; quédate conmigo; reanímame; ilumíname.
Dame el Padre aquí para saber,
Para amar y alabar al Hijo,
Y a Ti, el Espíritu de los dos,
Unidos todos en Uno.
«Unidos todos en Uno» es muy valioso para mí. Hay tanta división y controversia a nuestro alrededor. Cuando rezo por la iluminación, la unidad en la Divinidad me reconforta, y me llama a sintonizar con lo mucho que anhelo la unidad. Entonces se me plantea el reto de ver dónde y cómo estoy intentando aportar unidad a nuestro mundo. Ah, ahí está el problema.
Espíritu Creativo, ven y desciende…