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En las Filipinas, celebrando la Misa de Gallo

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Por la Hermana Helen Libo-on

¡Un empeño por acercarse más a Dios!

En las Filipinas, tenemos la tradición de orar los nueve días de novena a la Santísima Virgen María antes de celebrar el día de la Natividad. Cada día de la novena se celebra con una misa al amanecer, que viene a ser las 4 de la mañana. Es la hora del día cuando los gallos jóvenes, las gallinas y los gallos despiertan a la gente con sus diversos sonidos. Es el momento de serenidad que sigue y que permite que las personas contemplen en silencio el Evangelio del día.

Recientemente, se ha vuelto más popular la creencia de que durante esta novena es el momento de solicitar cualquier petición a Dios; a todos se les asegura que Dios responderá a sus necesidades. Cada vez más la gente abraza esta devoción a la Santísima Virgen María.

También, este es el momento en que los feligreses de relacionan más estrechamente unos a otros. Después de la misa de la madrugada, personas de diferentes capillas se turnan para servir bocadillos a los asistentes, en especial a los niños. El año pasado, debido a la pandemia, los feligreses no pudieron hacerlo, pero este año, todos lo esperan con interés.

Similarmente, como se practica en muchos países, preparamos el «Belén», la escena de la Natividad en la iglesia. Conforme transcurren los días, se presentan más personajes, excepto el Niño Jesús, que se colocará en la escena en nochebuena. Algunos lo han dramatizado y emplean personas vivas que actúan como los personajes: María, José y Jesús, con muchos angelitos cantando villancicos al bebé en el pesebre.

Todas estas tradiciones son iniciativas de la Iglesia católica para que la gente se acerque más a Dios. Después de 500 años de cristianismo en las Filipinas, podemos decir ahora: «¡Tenemos el don de dar!» Estamos muy agradecidas con Dios porque nos dio esta fe y podemos propagarla por todo el mundo. Nuestros trabajadores filipinos en el extranjero y misioneros dan un contundente testimonio de que estamos haciendo nuestra parte para proclamar la buena nueva, ¡difundir la Misericordia de Dios en la Tierra!

En las Filipinas, hay muchos cristianos, como también hermanos y hermanas que son budistas, musulmanes y de otras religiones. Un acontecimiento importante en nuestra historia se remonta a la era de la dominación española. Nuestros hermanos musulmanes eran los protectores de nuestros bosques, y muchos perdieron la vida cuando las empresas madereras cortaron toda la madera para el consumo extranjero.

Hemos aprendido a convivir, y las relaciones siguen evolucionando. En el pasado, ha habido muchos conflictos armados. En Mindanao, a fines de noviembre, celebramos ahora la Semana de Paz de Mindanao. Se organizó un grupo de líderes eclesiásticos y musulmanes para solucionar las diferencias en la práctica de la religión. De esta manera, aprendemos a respetar la fe, las tradiciones y las prácticas de cada uno.

Además, el incremento de matrimonios mixtos entre los jóvenes ha ayudado a aceptarse mutuamente. A medida que estos matrimonios aumentan, aprendemos a amar y a respetar la fe y las creencias de cada uno. Algo que es común tanto para los católicos como los musulmanes es el amor y el respeto por la Santísima Virgen María. Además, ambas religiones se oponen a la práctica del aborto. Esto es una verdadera bendición para nuestro país.

Ahora, cuando llegue la Navidad, no sólo serán los cristianos quienes decoran sus hogares con adornos navideños, sino ¡también los musulmanes! Incluso ahora el gobierno incluye las fiestas musulmanas con la de la Iglesia católica en el almanaque. ¡Un empeño por acercarse más a Dios!