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Edad 94

Hermana Ludmilla creció en una finca en Toledo, Iowa y adquirió un título en enfermería antes de entrar en la Comunidad de la Misericordia en 1947.  Más tarde recibió licenciatura y luego maestría en administración en el cuidado de salud.

Hermana Ludmilla llegó a ser la administradora del Hospital de la Misericordia de Davenport, donde sirvió por seis años.  Luego fue al Hospital y Centro Médico de la Misericordia en Chicago, Illinois para servir como administradora por seis años más.

Después, Hermana Ludmilla volvió a Davenport, donde fue agente pastoral, trabajó en el cuidado de salud en casas, fue directora del programa para voluntarios(as) de la diócesis, tuvo varios puestos de liderazgo profesional, recaudó fondos para la Academia Marquette y mucho más.

El corazón de Hermana Ludmilla siempre estaba enfocado en las personas más necesitadas, lo cual la llevó al comedor de la Parroquia de San Antonio.  Desde allí, cuando su querido amigo y compañero de trabajo, Padre Jim Conroy murió, Hermana Ludmilla utilizó los fondos que él le dejó para iniciar el Viñedo de Esperanza del Padre Conroy.

Este ministerio duradero creció para dar de comer de entre 80 a 150 personas, la mayoría sin vivienda, cada domingo por 13 años y también proveyó ropa y la oportunidad de lavar ropa y bañarse a necesitados.  La gente local lo atribuyó a su «Madre Teresa de Davenport» – como llamaban a Hermana Ludmilla.

Claro, Hermana Ludmilla compraba y preparaba la comida del domingo.  Policías y bomberos de la ciudad buscaban los «pasteles de fruta de Luddy» otro servicio que daba.

«Hermana Ludmilla hubiera preferido morir con las botas puestas, pero sus necesidades médicas en 2018 la obligaron a mudarse de Davenport al Círculo de la Misericordia», dijo Hermana Mary Sheehan, su gran amiga.  «El lema de Hermana Ludmilla, “Mi Jesús, te amo” encontró su expresión, en la manera que conoció a Jesús, en las personas a quienes ella servía».