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Quién fue Jesús: cuatro Evangelios, cuatro perspectivas

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Por Hermana Terri Bednarz

A medida que se acerca el Adviento, anticipamos escuchar a los autores de los Evangelios revelar sus perspectivas sobre quién fue Jesús. Mateo y Lucas incluyen narraciones y genealogías de la infancia, mientras que Marcos mantiene su motivo de misterio, y Juan identifica poéticamente a Jesús como Aquel que existió con Dios y se hizo humano. Cada autor transmite la identidad de Jesús con el objetivo de abordar las preocupaciones de sus oyentes.

El Mesías judío

Está bien establecido que tanto Mateo como Lucas usaron a Marcos como fuente. Esto plantea un punto curioso: ¿Por qué estos dos autores de los Evangelios consideraron importante agregar una narración de la infancia y una genealogía cuando Marcos no tenía ninguna? Una lectura del Evangelio de Mateo revela un fuerte énfasis en el judaísmo de Jesús. Mateo agrega contenido genealógico que identificaría a Jesús como el Mesías tan esperado. El autor también ilustra a Jesús en la tipología de Moisés, como en Moisés y los Mandamientos, Jesús y el Sermón de la Montaña, la matanza de los inocentes del Faraón y la del Rey Herodes. Para Mateo, Jesús era un judío fiel y justo, que se adhirió y cumplió la Ley. Jesús ascendió al estado de un maestro judío venerado (consideren las Bienaventuranzas). El énfasis en el carácter judío de Jesús sugiere que quienes leían a Mateo eran en su mayoría personas judías.

El Salvador de todas las personas

Hay pistas literarias en el Evangelio de Lucas que apuntan a un contexto gentil urbano, muy probablemente una ciudad estructurada romana. Las personas que escuchaban a Lucas parecen ser principalmente gentiles. El autor del Evangelio retrata a Jesús como el Salvador de todas las personas. Lucas usa historias y títulos que resonarían en oyentes gentiles: el nacimiento virginal del inmortal divino y el uso de «Salvador» e «Hijo de Dios» (estos títulos también se asociaron con el emperador romano) y «Padre» (un título asociado con Júpiter). En este Evangelio, estos títulos pertenecen a Jesús y a Dios. Jesús se erige como el profeta de Dios. Las y los oyentes gentiles ciertamente se identificarían con cada profeta y las profecías. La preocupación de Lucas por las personas pobres, las viudas, la gente esclavizada, así como sus descripciones de la dureza de los jefes de familia, revelan el contexto opresivo del entorno urbano romano y muy probablemente reflejan las realidades de la comunidad de Lucas.

El misterioso Hijo de Dios

El Evangelio de Marcos se dirige a una audiencia que lucha con la identidad de Jesús. ¿Quién fue/es Jesús? ¿De dónde vino? Este es el Evangelio más antiguo (ca. 65-70 EC), y nos deja preguntándonos si los discípulos alguna vez entendieron qué tipo de Mesías era Jesús. Quienes seguían a Jesús, el pueblo judío y los líderes judíos repetidamente no lo logran comprender. Marcos describe a Jesús como muy humano: Jesús se cansa, tiene hambre, se enoja, llora, siente compasión, se aflige, duda y grita, cuestionando por qué Dios lo abandonó. El comienzo de Marcos ofrece sólo la aparición críptica y repentina del Jesús adulto; y el final de Marcos (16, 8) deja a oyentes perplejos. ¿Por qué terminar el Evangelio de esta manera inquietante? Marcos nos deja lidiar con otro misterio.

La Palabra de Dios

El Evangelio de Juan describe a Jesús principalmente como el ser divino, la Palabra de Dios que existió con Dios en el principio y es uno con Dios. Sorprendentemente diferente del Evangelio de Marcos, el Evangelio de Juan enfatiza una visión exaltada de un Jesús muy seguro de sí mismo. Juan enfatiza que Jesús se hizo humano para revelar a Dios al mundo y no deja dudas sobre la identidad de Jesús. El prólogo poético y las singulares historias joánicas refuerzan la divinidad de Jesús. Aparte del motivo omnipresente del «amor», se expresa poco sobre la humanidad de Jesús y no hay la variedad de emociones humanas que se encuentran en Marcos. Jesús es impulsado por la misión y está seguro de sí. Él está a la altura de su designación como la Palabra de Dios a través de enseñanza tras enseñanza y discurso tras discurso. Quienes oyen este Evangelio tienen la seguridad de la divinidad de Jesús y del amor que les tiene Jesús.

El comienzo de la historia de Jesús difiere con cada autor del Evangelio. Las distinciones en la representación de Jesús nos dan una idea de cómo las primeras comunidades lucharon con quién fue/es Jesús para ellas. Y vemos cómo el contexto de las comunidades jugó un papel crítico en por qué los autores de los Evangelios los escribieron de esa manera.

Los cuatro evangelistas: Marcos, Lucas, Mateo y Juan