Al ser llamados a vernos nosotros mismos y a uno y otro como vasijas de barro que contienen la presencia de Dios, y a llevar los dones de Dios al mundo, así también, este mismo mundo y todo lo que está arriba, alrededor, dentro de él son vasos de barro – que tan fácilmente se pueden hacer pedazos, y están tan necesitados de nuestra amorosa atención y apoyo. Que nuestras manos se alineen a las de Dios para acariciar y darle forma a estas vasijas.
Por los árboles, plantas, cosechas y selvas. Oremos.
Por el agua, océanos, ríos, riachuelos y estanques. Oremos.
Por el aire, viento, clima y tiempo. Oremos.
Por el sol, energía limpia y prevención del calentamiento global. Oremos.
Por los animales, especialmente las especies en peligro de extinción. Oremos.
Por toda la humanidad. Oremos.
Por el reciclaje y los modos personales de consumo. Oremos.
Por el uso apropiado de químicos y el desecho adecuado de tóxicos. Oremos.
Por la Tierra y la unidad. Oremos.
Dios de la creación, te agradecemos por todo lo que has hecho. Te pedimos perdón por haber fallado en ser administradores justos. Y ahora, pedimos tu guía para restaurar la faz de la Tierra. Que aprendamos a vivir en armonía, seguridad y compartir justo de recursos entre nosotros para que logremos el reino de Dios.
Que la paz esté con esta comunidad. Que la paz esté con esta tierra. Que la paz esté con todos los pueblos.
Amén.
Esta oración fue adaptada por la Asociación Católica sobre la Salud para el Día de la Tierra 2013 de una novena desarrollada por el Círculo de Justicia de la Misericordia en Nueva Jersey.