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Reflexionando sobre Charlottesville: ¿Estamos dispuestas a vivir de manera diferente?

August 13, 2017 – Vigil for Charlottesville, Virginia, held outside the White House.
August 13, 2017 – Vigil for Charlottesville, Virginia, held outside the White House.
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Por la Hermana Patricia Anne Baca

13 de Agosto de 2017 – Vigilia por Charlottesville, Virginia, llevada a cabo fuera de la Casa Blanca.

¿Está Estados Unidos profundamente arraigado en el racismo, o es otra excusa estadounidense para un comportamiento inapropiado?

A medida que los acontecimientos se desarrollaban en Charlottesville, Virginia, me senté a ver las últimas noticias, sintiéndome horrorizada y ofendida más allá de lo que pudiera imaginar. Sin embargo, no es sólo lo que está ocurriendo en Charlottesville que me hace reflexionar sobre lo que está sucediendo en nuestras localidades y en todo Estados Unidos.

Siento como si estuviéramos desentrañando a un ritmo vertiginoso, y si no nos detenemos y equilibramos nuestra brújula moral, me temo que no podremos recuperarnos. ¿Por qué seguimos actuando desde un patrón de «miedo»? ¿Por qué están las personas matándose? ¿Cuándo caerá esa cortina de intolerancia y el trato de otros con menos de dignidad humana? ¿Cuándo es suficiente, suficiente?

El 13 de agosto, otra Hermana de la Misericordia y yo fuimos a ver el documental Whose Streets sobre el tiroteo y la muerte de Michael Brown, Jr., en Ferguson, Missouri. Yo estaba viviendo en Toledo, Ohio cuando el hecho ocurrió. En cierto sentido, estaba muy alejada de la «zona cero», pero recuerdo haber pensado que esta acción policial innecesaria podría ocurrir en cualquier lugar de los Estados Unidos.

Mientras veía este documental, muchas veces sacudí mi cabeza con incredulidad respecto al grado de fuerza innecesaria empleada para obligar el cumplimiento —no sólo a Michael Brown. Se empleó la fuerza incluso contra los que se estaban reuniendo para una pacífica vigilia de oración de unas horas y días después del injustificado tiroteo y asesinato.

Me asombró todos los vídeos documentados que se obtuvieron para este documental; me siento desalentada por la respuesta de las fuerzas policiales hacia aquellos que estuvieron en Ferguson. Soy plenamente consciente de que existen valores atípicos en cualquier espectro dado; sin embargo, eso no hace correcto el uso excesivo de la fuerza por los agentes de la policía. El hecho que la policía llegara en equipo antidisturbios, con unidades caninas, balas de goma, irritantes químicos (aerosoles de pimienta, gases lacrimógenos) y ametralladoras automáticas intensificó los temores de los que estaban reunidos.

Antes de convertirme en una Hermana de la Misericordia, fui una agente de las fuerzas de seguridad federal con los Guardacostas. Nuestra capacitación se centró en cómo aminorar situaciones potencialmente letales. Uno no puede justificar dispararle en la espalda a una persona que se está alejando con sus manos en el aire. Estas situaciones son llamadas «disparo crítico — no disparo».

Como resultado de ver esta película y reflexionar sobre los recientes acontecimientos en Charlottesville, surgen de nuevo muchas preguntas para mí. ¿Me siento superior a aquellos que tienen una apariencia o credo diferente? ¿Respondo por miedo? ¿Qué me va a llevar a entrar en la cancha — ser una persona que ve una injusticia y responde con acciones genuinas, sinceras y apropiadas a mis hermanos y hermanas en necesidad?

¿Qué es lo que temo/tememos de los que están cansados de vivir en su interior, temerosos de dejar sus hogares y ser acusados falsamente de un crimen? El miedo engendra odio, y el odio conduce a los incidentes que hemos presenciado en Charlottesville. ¿En qué momento dejaremos de culpar nuestras acciones inapropiadas en otras/os? ¿Cuándo asumiremos nuestra responsabilidad de ser amables y hospitalarios sin importar el color de nuestra piel? ¿Qué sucedió con tratar a los demás con dignidad sin importar sus antecedentes? Todas estas preguntas han estado cruzando por mi mente durante mucho tiempo. ¿Es hora de que salgamos de nuestra zona de comodidad y nos extendamos más de lo que nunca hemos hecho antes?

Las Hermanas de la Misericordia están comprometidas a reflexionar e involucrarse en el racismo personal e institucional y luchar por abrazar nuestra unidad con toda la creación. ¿Estoy/ estamos preparadas para aceptar esta nueva consciencia? ¿Estoy/ estamos listas para vivir diferente porque vemos a través de un lente diferente? Si no es así, ¿qué se necesita aún para ponernos de pie y ser contadas?

Oren con nosotras: Oración de Compromiso después de Charlottesville