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Por Jason Giovannettone, Director para el Clima y Sustentabilidad

Al entrar en el mes de mayo, espero que hayas disfrutado de tu tiempo al aire libre, incluida la jardinería. Un aspecto importante de la jardinería que he aprendido es añadir plantas autóctonas a mi jardín. 

Incorporar plantas autóctonas tiene muchas ventajas. Al estar acostumbradas al clima local y a los posibles depredadores que pueden alimentarse de ellas, las plantas autóctonas suelen ser más fáciles de cultivar y tienden a ser más resistentes a nuestros ciervos, conejos y otros animales salvajes. Y lo que es mejor, son beneficiosas para una gran cantidad de fauna, sobre todo para las aves. Muchos árboles, arbustos y flores autóctonos mantienen un gran número de orugas. De hecho, las plantas autóctonas mantienen de media unas 35 veces más orugas que las plantas no autóctonas.  ¿Sabías que un pájaro carbonero adulto necesita capturar aproximadamente de 100 a 150 orugas para alimentar a una sola cría? Por ello, estas aves buscan lugares donde puedan encontrar suficientes orugas. Plantar plantas autóctonas es una forma estupenda de satisfacer esta necesidad y atraer muchas aves a tu jardín. Los árboles autóctonos especialmente buenos para las orugas son el roble, el cerezo, el sauce, el abedul y el álamo. Otros tipos de plantas autóctonas respetuosas con las orugas son la vara de oro y el áster.  Puedes encontrar información adicional sobre este tema en el siguiente vídeo. 

Consejo verde 

Planta un árbol o arbusto autóctono en tu propiedad o pide a quien se encargue de los jardines de tus instalaciones que lo haga.