La Transfiguración: Despertar a una transformación cósmica

Por la Hermana Estela Gómez

Transfiguración, transformación (Marcos 9, 2-10)

Subieron al monte a orar, contemplar; Jesús sube al monte, invita a Pedro, Santiago y Juan, conversa con ellos. Allí acontece la transfiguración, se muestra la Gloria de Dios, muestra la plenitud del ser, “Gloria” que significa transparencia de Dios en la realidad humana.

La vida se transforma permanentemente, el cosmos en evolución va transformándose.

En las experiencias de este tiempo de cuarentenas, pérdidas, despedidas, dolor y despertares, vamos descubriendo la trascendencia. Cada una de nuestras acciones, actitudes, contactos, ausencias, la enfermedad. ¿Podemos expresar solo el dolor que provoca?  ¿Podemos descubrir y percibir lo más profundo de los aprendizajes a los que nos invita la vida hoy?

En este tiempo la experiencia de la muerte tan cercana que nos desafía, nos abre a otras realidades trascendentes. Frente a la muerte de un ser querido: si trascendemos el dolor de la ausencia, podemos fluir y percibir la presencia de ese ser querido de otro modo. El cuerpo está transformado. Nos conectamos con el cosmos que nos regala diversidad de expresiones de su vida, lo trascendente de cada vida. Esto nos cambia, nos invita a vivir en el despertar permanente. Nos sentimos UNO con todo. Darnos cuenta de la interconexión de toda la vida. Invita al cambio de actitud y de conciencia.

La experiencia de Jesús de conectarse con Elías y Moisés lo transformó. Sorprendió a los discípulos, escucharon la expresión de amor que mostró la esencia del mensaje. Comenzaron el DESPERTAR. Nos damos cuenta de la trascendencia de la vida y la interconexión que podemos experimentar si nos abrimos a lo diverso. La sorpresa que acontece en las percepciones y la expresión del Amor de Dios que nos transforma.

Contemplar, percibir, sentir, pensar, en medio del caos de las transformaciones que se van dando nos centra en el mensaje de un DIOS que AMA. Aprender a escuchar y ver sin temor. Dios está presente en la atracción que todo ser tiene en el cosmos. Invita a DESPERTAR a ver la transfiguración, la “Gloria” que es la transparencia de Dios en TODO. Bajar del monte a las realidades conflictivas de nuestra tierra, de nuestra cotidianeidad. Necesitamos ver desde esta perspectiva nueva, y actuar desde allí. La escucha profunda del Amor en medio de lo que estamos viviendo.

Este tiempo de pandemia ha sido y sigue siendo tiempo propicio para DESPERTAR a la transformación a una conciencia cósmica y conectarnos con todos los seres vivos de una manera nueva. Este tiempo de desequilibrio nos invita a sentir y pensar las transformaciones que necesitamos hacer en lo cotidiano de la vida, en las estructuras que tenemos, en los sistemas que creamos. Nos invita a subir al monte con amigos a contemplar. Como ocurre con la transformación de la oruga para ser mariposa, las células imaginales se unen pero hay una lucha, las otras células quieren destruirlas, no siempre las transformaciones son armónicas. A veces son traumáticas hasta que se producen muchas células imaginales que unidas se hacen mariposa. Esta imagen de transformación nos demuestra la importancia de juntarnos como lo hizo Jesús con Pedro, Santiago y Juan y desde allí reconocer esa Gloria de Dios, esa transparencia de AMOR en todo, esa es la gloria de Dios. Bajar a cada realidad para desafiarnos juntos-as en la acción.