Peregrinaciones con propósito — Educadores de la Misericordia en la frontera
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Reflexiones sobre la Semana Nacional de la Migración, por el personal y docentes de la Misericordia que han participado en delegaciones en la frontera con Hermanas de la Misericordia en los últimos cuatro años.
Jean Stokan
Por mucho tiempo, Jean Stokan se resistió a ir a América Central. Era 1986, y ella estaba haciendo trabajo de promoción social para la Fundación SHARE a fin de terminar con el financiamiento de los Estados Unidos para la guerra civil en El Salvador. «No sentía que tenía que ir», dijo ella. «Pero estaba casi agotada por la situación, así que decidí ir, sólo para ver la cara de los niños para quienes yo había estado trabajando».
La experiencia terminó cambiando el enfoque de toda su vida. «Dejé de preguntarme: “¿Qué más puedo hacer?”», dijo. «En vez de eso, cuestioné: “¿Qué puedo hacer que es más difícil, más audaz?”».
Ahora miembro del Equipo de Justicia del Instituto, Jean dirige regularmente delegaciones a la frontera entre México y Estados Unidos y a Honduras. Las historias que los participan¬tes se llevan a casa les ayudan a realizar el cambio; inspiran a la gente y a las comunidades a tomar medidas; y contrarrestan la desenfrenada «desinformación» propagada sobre quién está cruzando la frontera y por qué.
«Estos no son migrantes en busca del sueño americano», dijo Jean. «Huyen de la pesadilla centroamericana: la violencia y el empobrecimiento causados por décadas de fallidas políticas estadounidenses».
Elizabeth “Buff” Easterly
Elizabeth «Buff» Easterly, asociada de la Misericordia, ense¬ña Teología en la Academia Mount St. Mary en Little Rock, Arkansas. Su clase se centra en los principios de la justicia social y los Asuntos Críticos. «Siempre me sentí un poco inadecuada cuando hablaba de inmigración con mis estudiantes», dijo. «Fui [a la frontera] para convertirme en una mejor maestra».
Sus experiencias ahora ayudan a sus estudiantes a entender mejor por qué las familias del Triángulo del Norte están tan desesperadas por venir a Estados Unidos. «Les digo a mis estu-diantes que no se trata de una cuestión de economía o de querer una vida mejor. No hay alternativa para esta gente».
John Baldridge
Las historias de sus viajes a más de dos docenas de países a menudo salpican las discusiones en el salón de clases de John Baldridge, profesor de estudios sociales en la Escuela Secundaria Católica de Mount St. Mary en Oklahoma City, Oklahoma. Desde su experiencia como parte de una delegación fronteriza de la Misericordia en octubre de 2016, las historias de las personas migrantes que conoció y de las que trabajan para ayudarlas están involucrando a sus estudiantes en los temas de inmigración de los que oyen en las noticias. «El rostro humano de la inmigra¬ción, eso es lo que quiero que conozcan mis estudiantes», dijo John. «Los hace sentirse incómodos en el buen sentido. Es la única forma en que las cosas cambiarán».
Mientras sus estudiantes exploran y reflexionan sobre los factores de empuje y atracción que hacen que los migrantes abandonen sus hogares, llegan a sus propias conclusiones en cuanto al sistema de inmigración de Estados Unidos; a menudo, educa¬dos en una cultura de la Misericordia, quieren saber qué pueden hacer para cambiar las cosas. «Pueden contactar a los políticos. Algunos son voluntarios de Caridades Católicas en Oklahoma City, que hace mucho trabajo importante en este campo. Incluso he tenido estudiantes que, después de la graduación, han ido a la frontera a ofrecerse como voluntarios», dijo John. «No los encierro. Trato de darles varias opciones.
Mis estudiantes nunca dejan de sorprenderme con lo creativos que pueden ser sobre cómo actuar».
Kristofer Czerwiec
«Todo lo que pude pensar cuando vimos Tornillo fue que mi hijo de 10 años tenía la edad en que estos niños eran arrebatados de sus padres, dormían en tiendas de campaña en el desierto, se defendían por sí mismos», dijo Kristofer Czerwiec, director de Liderazgo Estudiantil y Organizaciones de College of Saint Mary (CSM) en Omaha, Nebraska.
En enero de 2019, Tornillo, una enorme ciudad de tiendas de campaña en el remoto conda¬do de El Paso, Texas, construida para albergar a niños y niñas migrantes, fue desmontada, pero no antes de que Kristofer y otros miembros de la delegación fronteriza de noviembre de 2018 fueran testigos del lugar donde miles de niñas y niños fueron detenidos.
Brunella Bowditch
La asociada de la Misericordia Brunella Bowditch, profesora de Biología en la Universidad Georgian Court en Lakewood, Nueva Jersey, se inscribió en la delegación de febrero de 2017 para ver por sí misma la situación en la frontera.
«Tener los hechos, ver por mí misma el sufrimiento que está sucediendo, me cambió», dijo. Además de Biología, Brunella imparte cursos de educación general en varios niveles. «Después de mi experiencia en la frontera, incluí la inmigración como un tema en estas clases», dijo. En una clase de último año centrada en la justicia social, mis estudiantes leyeron «Los peligros de la indiferencia» de Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto. «Mis estudiantes se die¬ron cuenta de que lo mismo está sucediendo ahora», dijo. «Así como Estados Unidos rechaza¬ron a los judíos duran¬te la Segunda Guerra Mundial, hoy como país estamos enviando a la gente de vuelta a una terrible violencia».
Hallamos inspiración en la pasión por la Misericordia que llevó a estas/os colegas de la Misericordia a la frontera y su compromiso de empoderar a sus estudiantes para que se involucren más profundamente en el Asunto Crítico de la inmigración. … Y, más fervientemente, oramos por nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que están huyendo de las terribles condiciones en sus países de origen, viajando por rutas peligrosas y llegando a la frontera de los Estados Unidos sólo para ser separados, detenidos en condiciones inhumanas y a menudo enviados de regreso.