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Por Jason Giovannettone, Director para el Clima y Sustentabilidad, Hermanas de la Misericordia de las Américas

Las dos principales fuentes de emisiones en toda la congregación de las Hermanas de la Misericordia de las Américas proceden del uso de la energía y de los vehículos. Hoy nos gustaría focalizarnos en el segundo de estos dos factores y en cómo el cambio a un vehículo eléctrico o híbrido podría reducir sustancialmente tus propias emisiones.  

Cuando se cambia de un vehículo totalmente a gasolina a uno eléctrico o híbrido, hay que tener en cuenta muchas consideraciones. En primer lugar, es importante entender la diferencia entre estos dos tipos de vehículos, además de un tercer tipo denominado vehículo híbrido enchufable. Un vehículo híbrido sigue teniendo el motor de combustión interna estándar que encontrarías en cualquier vehículo totalmente a gasolina, pero tiende a ser mucho más pequeño debido a que un híbrido también está propulsado por uno o más motores eléctricos que utilizan energía almacenada en baterías. Cuando la carga de la batería es baja o se necesita potencia extra al subir una cuesta, por ejemplo, el motor a gasolina tomará el control. La batería se recarga entonces cada vez que se pisan los frenos. El uso combinado de un motor a gasolina y otro eléctrico permite que el vehículo tenga un millaje de combustible mucho mayor que un vehículo a gasolina estándar. Un Toyota Prius, por ejemplo, puede recorrer hasta casi 60 millas por galón, en comparación con un vehículo de gasolina estándar, que suele recorrer menos de 30 millas por galón. Una ventaja de un híbrido en comparación con un híbrido eléctrico o enchufable es que no hay diferencia en la experiencia de conducción entre un híbrido y un vehículo totalmente a gasolina, excepto que tendrá que pasar menos tiempo recargándose en las gasolineras. 

A diferencia de un vehículo híbrido, un vehículo eléctrico (o VE) funciona totalmente con energía almacenada en una batería y, por tanto, no produce emisiones mientras se utiliza. Aunque un VE no necesita gasolina, sí requiere que la batería permanezca cargada, lo que, a diferencia del híbrido, no puede realizarse utilizando los frenos. Para tener un VE es necesario disponer de un garaje u otra estructura interna en la casa que tenga un tomacorriente para la carga. Además, si viajas distancias superiores a 200 o 300 millas, que es la autonomía habitual de la mayoría de los VE, también tendrás que encontrar un lugar en el que cual puedas cargar su vehículo. En las costas occidental y oriental, esto puede que no sea un gran problema, ya que hay muchos lugares que ofrecen estaciones de carga; sin embargo, si viajas lejos de las costas, puede resultar más difícil. Estas preocupaciones irán disminuyendo a medida que se instalen más y más estaciones de recarga en todo el país. También se necesita tiempo para cargar el vehículo. Utilizar un tomacorriente estándar puede llevar varias horas, mientras que algunos cargadores de potencia superior pueden cargar completamente una batería en 30 minutos o 2 horas, dependiendo del vehículo en particular. Aunque un vehículo eléctrico no genera emisiones mientras se utiliza, se pueden producir emisiones significativas al cargarlo. Puede que esto no sea un gran problema cerca de las costas este y oeste, donde el mayor porcentaje de la energía procede de fuentes renovables, pero en la parte central del país el uso elevado de combustibles fósiles puede aumentar las emisiones debido a la carga en forma significativa y casi hasta el punto de que no se produzca un ahorro importante si se compara con un vehículo totalmente a gasolina. 

La tercera y última opción a la hora de considerar un vehículo de propulsión eléctrica es un vehículo híbrido enchufable (VHE). La diferencia entre un VHE y un híbrido normal es que, con la batería totalmente cargada, un VHE funcionará completamente con electricidad durante las primeras 25 a 45 millas, tras lo cual funcionará como un híbrido normal. Para poder aprovechar esta capacidad, seguirá siendo necesario disponer de un tomacorriente en el interior de la casa para cargar la batería durante la noche, pero el hecho de que funcione como un híbrido normal una vez que la carga de la batería se ha reducido es una gran ventaja, ya que no es necesario encontrar una estación de carga cuando se viaja lejos de casa. Si mantienes el VHE cargado en casa y sueles recorrer menos de 25 a 45 millas por viaje, no consumirás casi nada de gasolina. De hecho, una hermana que actualmente utiliza un VHE reportó un millaje de gasolina promedio de 114 millas por galón. Por lo tanto, un VHE puede ser una gran ventaja para alguien que no se desplace habitualmente lejos de casa, y que también tenga la capacidad de cargar la batería en casa. 

Consejo verde
A la hora de elegir tu próximo vehículo, piensa en un híbrido, un híbrido enchufable o un vehículo totalmente eléctrico. Entre las cosas que deben tenerse en cuenta se incluyen las siguientes: 

  • ¿Cuál es el promedio de millas que recorro al año? (Mientras más millas recorras significa que más ventajas tendrás de poseer un vehículo híbrido o eléctrico) 
  • ¿Mi domicilio tiene un garaje con tomacorriente? ( – eléctrico & híbrido enchufable; No – híbrido) 
  • ¿A qué distancia suelo viajar desde casa por viaje? (más cerca de casa – eléctrico & híbrido enchufable; más lejos de casa – híbrido). 
  • ¿Vivo en una zona donde hay muchas estaciones de carga disponibles lejos de casa? ( – eléctrico; No – híbrido enchufable & híbrido).